Extrañamiento frío
cada pulsación rememora el vacío de la tarde
encuentro en el horizonte profundidad:
nada diferente,
pero la oscilación de un momento
quietud
que murmulla un fin tibio del día.
quisiera penetrar cada alma
robar un poco de luz
Inmóvil,
no acierto a nombrar mi tristeza
he compuesto mi ser de hilo.
se deslíe en un soplo muerto.
Perdida,
me he fundido en ese otro espejo
la imagen que aguarda es el rostro de mi morada,
impasible, como el agua silente de una cisterna arábica
se confunden las imaginaciones
ninguna corresponde a mi visión
la materia cede al paso de una volante partícula
no percibo: sólo sueño.
trazo círculos y mi risa no hace eco
la música tintinea en mi cuello
tengo, en vez de manos,
un cúmulo de compasiones
sus perfiles pétreos atestiguan
un destino ordinario de palabras
glifos ante el gran abismo del desconocimiento
A contraluz, la noche lastima cada hebra de sol.
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