Apocalipsis

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Mil lunas se alzan en un augurio atroz

detrás de la ventana aguardo la penumbra


Flores rojas se abren con un crujido


Cada grano de arena orbita con sincronía

alineación profana que ilumina el universo entero


Una mano temblorosa se funde en la lluvia


Las manzanas sangran, víctimas de cada mordida del tiempo

Cada escritura es un esfuerzo que deja la fruta desnuda


Morfosis, más allá.

Tras de mi última persona se resquebraja el verdor de esta máscara de ojos de almendra

Sólo restan sus grietas arreboladas por el erotismo de una muerte sosegada


Contemplación externa:

el vacío arrebatado, la fantasmagoría del mundo.


1 pececillos en la red:

Fritz said...

Este poema me hizo pensar en tus multiples sueños acerca del fin del mundo. Me sigue gustando mucho la forma en que escribes, ojos de almendra. Un abrazo químico desde el laboratorio.