Serendipity

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Rivers of carmine vessels shine

Obscured –yet opaque- timeless maze in the inner ventricle of the soul

Beckoning the ol' razor - Puzzling the daunted beast

Is the rightness for a cascade of earl grey slime

Fidgety, blind hands try to sink in the hunger

Is never morning at 7 am –

and all the desire has metamorphosed into a secluded caterpillar

– tight in its anger

maggots are tempting to fill with the pockets,

but the

Other Face

has turned around with knowledgeable repulsion

now - fathoms an ocean beyond Death

indeed – will forget the symmetry –

murmur - peeks behind the hanging

taking the form of the same haunting

-inclined in lust-

apparition of ever

Dina-sour

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Summits crinkle in the twilit year

If I hadn’t shunned every mirror until this last hour of countless spots and flies of fire

blinding me

How do I wrinkle, in the silent snap of scattered patterns - where my voice is just a fleck of dirt

Fudged swirls and lost traces of smell

– a picture lying dead in my wallet –

Memories covering each other like guilty orphans

The immense rumbling of his little steps beyond my own instinct – breaking that last boundary –

Where a pictogram plunges in that last vision of me – Trans

Lucent

Parent

Formed

Where Death sits, like the ever knocking figure in my dreams

Wrinkle, Crinkle and Snap

I’m a wood about to burn in extinction

Bunched in wicked thoughts - Conversed in the last skin of the Serpent

mandalas

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Four hundred days of great stagnant days

Trodden without ash – dry and staggering

A solemn, light wind cutting the landscape

– Fading– Unfaded with a rub of the eyes


Articulated seasons –now frozen

cover me, tear me into pieces with primitive cruelty

– Configure the old infantile dream.


And once awoken, the eyelids stick relentless

So much we'd like a slumber of H

-tunnelled vision-

-metallic echoes-

taking our eyes slightly crystallised –formerly of glass-


Erizada con hielo seco

mi piel se hace aquella del gran poderoso lagarto,

justo antes

-justo en esa casilla del juego-

del despertar del Común.

mandalas

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cuatrocientos días de grandes momentos estancados

hollados sin ceniza - Secos y tambaleantes.

un vientecillo solemne cortando el paisaje

- Desdibujado - Vuelto a dibujar con un frote de ojos.


articuladas estaciones - ya heladas

me cubren, me despedazan con crueldad primitiva

- Configuran el antiguo sueño infantil.


y una vez despiertos, los párpados se pegan inclementes

ya quisiéramos que un letargo de H

-visión de túnel-

-ecos metálicos-

poseyese nuestros ojos levemente cristalizados –otrora de cristal-


spiked with dry ice,

my skin becomes that one of the powerful lizard,

just before,

-just in that square of the game-

of the awakening of the Common.

Naturaleza Muerta

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Extrañamiento frío

cada pulsación rememora el vacío de la tarde

encuentro en el horizonte profundidad:

nada diferente,

pero la oscilación de un momento

quietud

que murmulla un fin tibio del día.



quisiera penetrar cada alma

robar un poco de luz


Inmóvil,

no acierto a nombrar mi tristeza

he compuesto mi ser de hilo.

se deslíe en un soplo muerto.


Perdida,

me he fundido en ese otro espejo

la imagen que aguarda es el rostro de mi morada,

impasible, como el agua silente de una cisterna arábica


se confunden las imaginaciones

ninguna corresponde a mi visión

la materia cede al paso de una volante partícula

no percibo: sólo sueño.


trazo círculos y mi risa no hace eco

la música tintinea en mi cuello


tengo, en vez de manos,

un cúmulo de compasiones

sus perfiles pétreos atestiguan

un destino ordinario de palabras

glifos ante el gran abismo del desconocimiento


A contraluz, la noche lastima cada hebra de sol.

Apocalipsis

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Mil lunas se alzan en un augurio atroz

detrás de la ventana aguardo la penumbra


Flores rojas se abren con un crujido


Cada grano de arena orbita con sincronía

alineación profana que ilumina el universo entero


Una mano temblorosa se funde en la lluvia


Las manzanas sangran, víctimas de cada mordida del tiempo

Cada escritura es un esfuerzo que deja la fruta desnuda


Morfosis, más allá.

Tras de mi última persona se resquebraja el verdor de esta máscara de ojos de almendra

Sólo restan sus grietas arreboladas por el erotismo de una muerte sosegada


Contemplación externa:

el vacío arrebatado, la fantasmagoría del mundo.


mancha de té

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Lo que el amor ha traído: voces desconocidas y un vacío de palabras.


Años atrás las imágenes eran variadas en la posesión de un pensamiento vital.

El amor controla, succiona, como una plaga sigilosa a pesar del silencio.

La quietud de los objetos más allá de la voluntad del cuerpo.

Más allá de esta quietud del cuerpo, la voluntad de los objetos.

De una u otra manera cierra sus fauces el tiempo.

La noche llega y es tan sólo otro día - bloques que se apiñan sin la esperanza del aire.

Se estancan las lágrimas en este pozo octagonal de sombra.

El amor es un dédalo que se desenvuelve con cada máscara que cae: es su patética realidad desnudarse.

Un estado respiratorio que emula cada estrella fugaz, agotada de deseos.

El infierno arde y sólo eso. Yo observo. Mis ojos cegados reflejan su resplandor ambarino.

La extrañeza, los recuerdos, y finalmente el sentido de la memoria pervertido por una belleza extranjera, puramente ajena.

El espíritu oye y canta en la selva. La selva ya devastada de paisajes quiméricos.


Dentro, muy adentro,
la mano se desliza al compás de la voz sepultada por tanta parodia.

Dentro, muy adentro,
como si la repetición pudiera nutrir esta hendidura negra y visionaria de la muerte.

Amor y entrega: una cabeza que yace y no recuerda.

Donde el abismo se prolonga y los vuelos se tornan descensos.

Lo que el amor arrebata: el silencio lúcido de la soledad.